Los Zombis reales de Haití



Comenzaré diciendo que los zombis existen.

Cuando en una conversación asomo este tema a veces se me tilda de ignorante y de creyente en supercherías. Pero a ti te invito a que sigas esta lectura para que sepas su explicación lógica.

Los zombis, también llamados muertos vivientes es un acto de crueldad que se realiza con una persona. No es ningún trance mágico para sacarle el alma. Consiste en darle a beber a una persona un brebaje tóxico que lo lleva a un estado catatónico, aparentemente sin signos vitales al cual se le da por muerto y se le sepulta para luego sacarlo prontamente de la tumba, inyectarle un antídoto y revivirlo.

Esto se hace generalmente para esclavizarlo ya que uno de los efectos secundarios de ese veneno es el hacer que la persona quede atontada de por vida y se pueda disponer fácilmente de su voluntad.

En algunas enciclopedias se dice que no se ha demostrado su existencia pero es falta de documentación porque este es un fenómeno estudiado desde hace más de 100 años, aunque no con la profundidad ni la comunicación de resultados que se desearía.
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Es una práctica realizada en Haití donde desgraciadamente la brujería se encuentra muy extendida, sobre todo el vudú. Hay discrepancias sobre el origen exacto del grupo étnico africano que introdujo este mal acto. Unos lo atribuyen a las tribus africanas de Benín, otras de Nigeria y otras del Congo.
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Su origen probablemente provenga de la tribu africana de los Zombas que practican una religión animista, consistente en creer que las cosas y animales tienen alma. En la tribu de los zombas tienen la costumbre de que los brujos guardan secretos que no están escritas en ningún libro sino que pasan de generación en generación de forma oral, sobre pócimas, brebajes medicinales y venenos para flechas.




Es claro que el vudú los trajeron los esclavos africanos que llegaron a Haití en la época de la colonia, puesto que era desconocido tanto por los indígenas como por los españoles y franceses.


La razón por la cual esta práctica se arraigó mas en este país que en el resto de América se debe a que la evangelización española del Catolicismo rindió mejores frutos en el resto del continente. En cambio Haití era una colonia francesa quienes no tenían como objetivo la evangelización.

Aparte de estas razones se tiene que Haití se conformó mayoritariamente de esclavos y los hijos de estos, en cambio que el resto de América no tiene una concentración de descendientes de esclavos tan grande como en este país, lo que permitió que el vudú se difundiera mucho entre sus pobladores.


En la práctica del vudú se realizan rituales con un hechicero, el cual si es hombre recibe el nombre de hougan y si es mujer recibe el apelativo de mambo. Estos hechiceros trabajan generalmente invocando espíritus de los muertos, al igual que realizan amuletos, talismanes y otras manifestaciones de brujería. Cuando estos brujos son poseídos por esos espíritus, son capaces de caminar por brasas ardiendo sin quemarse, práctica muy común entre sus ritos.

Hay casos conocidos con nombre y apellido de personas que pasaron por este sometimiento zombi en Haití, pero desgraciadamente poco documentados. El primero es el de Felicia Félix Mentor, fallecida y enterrada en 1907 y quienes los lugareños aseguran haberla visto treinta años después con las características de un zombi. Este caso es citado por la investigadora norteamericana Zora Hurston.


El otro caso es de Clairvius Narcisse quien asegura fue esclavizado por dos años en una plantación, caso narrado por el investigador canadiense Wade Davis. Un tercer caso se extravió el nombre de un señor que dio incluso entrevistas para un programa de televisión quien dice haber escapado de una plantación donde era esclavizado y que recordaba su entierro, incluso cuando pusieron los clavos de la urna de madera que le traspasó un cachete, la cual mostraba su cicatriz.

Al parecer este señor fue envenenado con una dosis menor del veneno por lo que no quedó tan afectado, lo que le permitió tomar la decisión de escaparse de la plantación. Sin embargo presentaba los síntomas característicos de las personas afectadas por el veneno zombi.

Cuando aproximadamente en 1890 el gobierno de los Estados Unidos comprobó la existencia real de los zombis, organizó un equipo especial de investigadores y lo llevó hasta Haití para develar en que consistía ese efecto, y luego que descubrieron los pormenores del fenómeno zombi lo mantuvieron como secreto de estado por un tiempo hasta que fue revelado.

La investigación se hizo sobre varios hechiceros que se encargaban de hacer zombis. El resultado fueron siete recetas dadas por otros tantos hechiceros, las cuales diferían unas de otras pero que tenían en común un ingrediente. Al ser analizado este ingrediente resultó ser una toxina peligrosísima que consumida en dosis altas puede causar la muerte pero en dosis medianas o bajas produce un estado cataléptico parecido al fallecimiento y cuyos efectos secundarios duran para toda la vida.

La secuencia es la siguiente:

- Se produce el veneno ”Zombi” y se le da a beber a la victima (bajo engaño)
- La victima cae en estado catatónico, se le cree muerto y se le sepulta
- El esclavizador, al amparo de la oscuridad desentierra a la victima
- Se le inyecta el antídoto zombi
- Lo lleva a las plantaciones para esclavizarlo.

En Haití se tiene la creencia de que la sal es el principal ingrediente del antídoto zombi pero no se tiene información verídica al respecto. Tan extendida está esta creencia que muchos cuerpos cuando son enterrados son rociados con sal o inyectados con agua salada para evitar que un hechicero se apodere de el.


Otra medida que han tomado los familiares de los fallecidos es cortarle la cabeza al occiso y de esta manera se aseguran que ningún brujo va a profanar la tumba para llevarse ese cuerpo.

La Iglesia Católica de la Isla ha denunciado por décadas este vil proceder de los brujos adeptos al vudú pero cerca del ochenta por ciento de la población de Haití lo acepta como creencia.

Esta práctica de convertir en zombis a las personas es a veces peor que la muerte, concentra la mas alta falta de caridad para con el prójimo, que hace que por el deseo de obtener un provecho económico o por venganza se condene a una persona de por vida a la esclavitud o en el mejor de los casos cuando la persona victima de la zombificación es liberada queda con secuelas severas que no sanan nunca.

Naturalmente ante la pregunta de mi sobrino de cuatro años, que al ver una comiquita me pregunta si los zombis existen no quise que a temprana edad supiera que hay gente tan cruel en este mundo y de corazón tan corroído que fuera capaz de hacer tan grandes maldades.